Esta semana, del 9 al 13 de junio, Niza (Francia) acoge la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos 2025, un encuentro clave para impulsar la acción global en defensa de los ecosistemas marinos, amenazados por la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación.
Desde Novsus, seguimos con atención los avances de este evento, conscientes de que la protección de los océanos empieza en tierra firme, en cómo producimos, consumimos y gestionamos nuestros residuos.
¿Qué tienen que ver los materiales sostenibles con la salud de los océanos?
Mucho. El 80% de la contaminación marina proviene de actividades terrestres. Desde los microplásticos hasta las emisiones que acidifican los océanos, las decisiones que tomamos en la industria y el diseño de productos impactan directamente en la biodiversidad marina.
Aquí es donde entra Oryzite, una tecnología desarrollada a partir de la cascarilla de arroz, que permite sustituir parcialmente el plástico en múltiples aplicaciones industriales.
Oryzite: una solución circular que contribuye a la descarbonización
Aunque no forma parte directa de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, Oryzite representa el tipo de innovación alineada con los objetivos que allí se están debatiendo: descarbonización, reducción de residuos, economía circular y sostenibilidad a largo plazo.
- Reduce la huella de carbono al aprovechar un sub producto agrícola renovable.
- Disminuye el uso de plásticos derivados del petróleo.
- Evita emisiones innecesarias y la acumulación de residuos que terminan, muchas veces, en nuestros mares.
Una oportunidad para repensar los materiales
La Conferencia de Niza subraya la urgencia de actuar de forma coordinada y ambiciosa. Desde Novsus, creemos que repensar los materiales que usamos es clave para frenar la contaminación marina y avanzar hacia una economía regenerativa.
No es necesario esperar a grandes acuerdos globales para empezar el cambio: cada empresa que opta por soluciones como Oryzite está contribuyendo ya a un futuro más limpio y resiliente.
Los océanos necesitan menos promesas y más acción. Y esa acción empieza por innovaciones tangibles como Oryzite que, desde la tierra, pueden marcar la diferencia para todo el planeta.